METODOLOGÍAS ACTIVAS
A continuación se muestran una serie de metodologías activas junto con su descripción y características más importantes:
- CONTRATOS DE APRENDIZAJE:
Se trata de un acuerdo que obliga a dos o más personas o partes, siendo cada vez más común que los profesores realicen contratos
con sus alumnos para la consecución de unos aprendizajes a
través de una propuesta de trabajo autónomo.
El profesor: Define
objetivos, determina secuencia
de las tareas,
establece sesiones
de autorización o
supervisión, negocia y acuerda.
El alumno: Planifica
el itinerario de
aprendizaje, se
autorregula, participa activamente,
busca, selecciona y organiza
información y
evidencias de
logro. Autoevalúa
su progreso.
Promueve el
trabajo autónomo
y responsable del
estudiante.
Permite la atención a la diversidad de intereses y
ritmos. Favorece
la maduración
y autonomía del
estudiante.
Desarrolla habilidades comunicativas, interpersonales y organizativas.
Recomendable
para cursos superiores donde
se pretende el
inicio de habilidades para la
investigación.
En cursos dónde haya alumnos de perfiles
diferentes.
ES recomendable utilizar un protocolo
en el que se especifiquen los objetivos de
aprendizaje, estrategias, recursos, criterios de evaluación y
autoevaluación de los
logros, temporización,
etc. Así mismo conviene negociar el protocolo
y firmar el compromiso mutuo, estableciendo el procedimiento
de revisión del mismo
durante y al final del
proceso de aprendizaje.
- ESTUDIO DE CASOS:
Es la descripción de
una realidad que ofrece
la oportunidad de
análisis de situaciones
que derivan en una
posterior intervención.
El propósito es llevar a la
práctica alternativas para
gestionar problemas existentes y tomar decisiones como resultado de una información que permite ofrecer respuestas verosímiles y efectivas a los contextos estudiados
El profesor: Redacta
el caso real, completo, con varias
alternativas de
solución…
Fundamenta el
caso teóricamente.
Guía la discusión
y reflexión.
Realiza la síntesis
final, relacionando
práctica y teoría. Los alumnos:
Activos. Investigan.
Discuten. Proponen y comprueban
sus hipótesis.
Es motivador.
Desarrolla la habilidad de análisis y
síntesis.
Permite que el
contenido sea más
significativo para
los alumnos.
Resulta útil para iniciar
la discusión de
un tema. Para
promover la
investigación
sobre ciertos
contenidos.
Se puede plantear un caso
para verificar
los aprendizajes logrados.
El caso debe estar
bien elaborado y expuesto. Los alumnos
deben tener clara la
tarea.
Se debe reflexionar
con el grupo sobre
los aprendizajes
logrados.
- SIMULACIÓN Y JUEGO:
"A menudo los docentes, dentro del proceso habitual de enseñanza y aprendizaje
de la Historia, tienen que lidiar con el desinterés, la desmotivación e incluso con el
rechazo del alumnado hacia el estudio de esta materia. En este sentido, la simulación y el
role playing se erigen como poderosas metodologías y/o estrategias didácticas que
permiten recrear y reproducir parcialmente situaciones o fenómenos del pasado
haciéndolos más atractivos y comprensibles". (García, 2018, p.3).
Este tipo de metodología activa proporciona a los estudiantes un marco donde aprender de manera interactiva por medio de una experiencia viva, afrontar
situaciones que quizá no están preparados para superar en la
vida real, expresar sus sentimientos respecto al aprendizaje y
experimentar con nuevas ideas y procedimientos.
El profesor:
Maneja y dirige
la situación.
Establece la
simulación o
la dinámica de
juego.
Interroga sobre la
situación.
Los alumnos: Experimentan la simulación o juego.
Reaccionan a
condiciones o
variables emergentes.
Son activos.
A través de los
juegos y simulaciones se consigue estimular a
los estudiantes,
dar un valor a
aquello que van
descubriendo a
través de la creación y utilización
de sus propias
experiencias e
interpretaciones,
y compartirlas de
manera interactiva con sus compañeros durante
el ejercicio.
Es una experiencia de aprendizaje
agradable. Motiva
a la participación.
Fomenta gran número de habilidades y capacidades
interpersonales.
Algunos ejemplos pueden ser emplear contenidos
que requieren
vivencia para
hacerlos significativos, estimular la
participación o desarrollar
habilidades
específicas
para enfrentar
y resolver las
situaciones
simuladas.
Se debe tener en cuenta que los juegos y simulaciones tienen una serie de cualidades que
los distinguen de otras
formas de aprendizaje
basadas en la experiencia (por ejemplo,
proyectos o trabajo en
prácticas):
- Representan una situación inventada más
que una “real”.
- Los límites del ejercicio están en general
claramente definidos
por las paredes del
aula o por las reglas, o
por ambas cosa.
- Los participantes se
sienten más tranquilos
para desarrollar su
tarea
A menudo se requiere
más tiempo para las
etapas de la revisión o
del informe que para
el propio ejercicio.
BIBLIOGRAFÍA:
March, A. F. (2006). Metodologías activas para la formación de competencias. Educatio siglo XXI, 24, 35-56.
García Andrés, J. (2018). La simulación y el role playing como metodologías activas en el aula de Historia:“Corresponsales de guerra”: una propuesta didáctica para abordar la II Guerra Mundial.
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