martes, 31 de marzo de 2020

SEGUNDA ACTIVIDAD TEMA 1


Una educación de calidad basada en la convivencia.

Personalmente considero que la convivencia escolar es un punto clave que abordar en los centros educativos actualmente.

Teniendo en cuenta que vivimos en una sociedad cada vez más globalizada y conectada donde se da énfasis a lo colectivo, comenzamos a trabajar desde una visión de equipo, cooperativa, donde la interdependencia positiva se convierte en algo habitual la convivencia, los valores y habilidades que esta implica se convierten en un factor fundamental que están presentes y nos acompañan en el día a día. Por tanto, es necesario que se comience a trabajar desde casa y desde el colegio lo antes posible, con la intención de poder formar personas que estén dotadas de las herramientas necesarias para poder desarrollarse plenamente en convivencia con el resto.

Aterrizando un poco más en el área educativa, la convivencia en entorno escolar supone un gran reto para todos que debemos plantear, priorizar y abordar de manera adecuada. Que los alumnos desarrollen un pensamiento crítico, habilidades como la empatía, la asertividad, el trabajo de la autoestima o el respeto son puntos clave que van a permitir y favorecer una mejor convivencia, pero para ello es necesario incidir y trabajar en la adquisición de estas competencias y valores para permitir que estas florezcan en cada uno de ellos.
Por todo ello, el aspecto de la convivencia escolar se ha ido convirtiendo en un eje cada vez más central de las diferentes políticas educativas, donde pasamos a buscar un desarrollo integral del alumno y no solo su adquisición de contenidos específicos como se venía haciendo hasta hace poco bajo una mirada mas tradicional.


Plan de Convivencia – Orientación en red

Preparar al alumnado para desarrollarse en su día a día tanto dentro como fuera del colegio implica conocer su contexto y dotarle de todas las herramientas que le sean necesarias para poder, no solo desarrollarse él o ella de manera más completa y satisfactoria, sino permitirle crecer junto al resto y hacerle consciente de ello, entendiendo esa perspectiva colectiva a la que pertenece y donde sus actos personales repercuten y provocan emociones y sentimientos en otras personas y viceversa, influyéndoles y siendo influido.

Por todo ello considero que la convivencia escolar es un elemento de gran importancia que ha de abordarse tanto de manera específica dedicando tiempos y espacios concretos para tratar el tema como de manera habitual en las escenas cotidianas que nos rodean en el día a día.

Para lograr este objetivo es necesario dedicar tiempo a implementar diferentes talleres, espacios de tutoría tanto grupal como individuales, implicar el uso de este tipo de habilidades en los trabajos y rutinas diarias, ofrecer formación a través de charlas, películas, espacios de reflexión , debates, compartir experiencias… También es necesario tener en cuenta que se deben elegir aquellas actividades o dinámicas que se adapten mejor al contexto con el que trabajamos, cubriendo y respondiendo a todas las demandas y necesidades de aquellas personas que participan en la vida del centro escolar. Contemplar esta serie de elementos ayudará a dilucidar qué actividades son las más convenientes y cómo podemos trabajar mejor la convivencia dentro de cada centro.

En mi opinión, escuchar a los alumnos es una pieza clave que no podemos olvidar a la hora de plantear el abordaje de la convivencia en el centro. Darles voz y voto, hacerles partícipes, generar un ambiente adecuado que sientan como seguro y donde se valore su opinión ayudará a que se sientan parte de este proyecto y sobre todo permitirá elaborar planes de actuación, actividades, etc más ajustados tanto a necesidades personales como a necesidades a nivel de grupo o centro.

Considero que este último punto es un asunto aún pendiente de mejorar en la mayoría de los centros ya que, si bien parece que poco a poco vamos avanzando hacia una educación y formación más integral donde incorporamos y ensalzamos este tipo de conocimientos y habilidades que van más allá de los contenidos específicos, aún queda mucho camino por recorrer y aún nos cuesta mucho centrar la mirada en el alumno; romper los muros que se han ido levantando durante tantos años de, no solo la enseñanza sino también una sociedad mucho más conservadora, han desembocado en un contexto escolar donde solo había espacio para los temas puramente académicos. 
Debemos tener siempre presente que trabajamos con personas y que muchos otros ámbitos se ven envueltos en esta experiencia educativa, conocernos entre nosotros, respetarnos, dar cabida dentro del aula a las distintas experiencias y emociones y validarlas resulta imprescindible para avanzar en este camino que persigue una educación de calidad basada en la convivencia.